miércoles, 1 de febrero de 2023

Guerrilleros víctimas del franquismo... y de los estalinistas

Guerrilleros víctimas del franquismo... y de los estalinistas

El historiador Jordi Bigues cuenta la historia de los guerrilleros ejecutados por orden de los dirigentes estalinistas del Partido Comunista de España, mayoritariamente colgados de la horca en las montañas del interior de la Comunidad Valenciana, en el sur de Aragón y en la Serranía de Cuenca . En ese enlace encontrarán la lista completa de sus nombres, que hasta ahora no habían sido revelados.

Por Jordi Bigues

Publicado el 30 de enero de 2023

Nº. 2016


Desde finales de 1944 hasta mediados de 1952, varios núcleos de guerrilleros resistieron los embates de la Guardia Civil en las montañas. Los guerrilleros estaban encuadrados en la Agrupación Guerrillera de Levante (AGL), primero, y, a partir de octubre de 1948, extienden su actividad al sur de Cataluña y algunas comarcas de Aragón, pasando a denominarse AGLA y abriendo el llamado 23º Sector, que se sumó al 5º, al 11º y al 17º Sector.

Fue una decisión del Buró Político del PCE. Santiago Carrillo Solares dirigió y financió al AGLA como organización propia del PCE y el PSUC con el apoyo de republicanos, socialistas y anarquistas. A estos hay que sumar algunos disidentes del PCE que no aceptaron los dictados estalinistas y plantaron cara o marcharse de la guerrilla.

“La Agrupación Guerrillera del Levante (AGL) fue el contingente guerrillero más numeroso, efectivo y disciplinado de todo el territorio del Estado español bajo el franquismo”, concluye el historiador Josep Sánchez Cervelló en el libro Maquis: el puño que golpeó el franquismo . Fue una guerrilla rural, una de las 14 agrupaciones del territorio del Estado español que extendió su actividad por el sur de Aragón, las comarcas serranas de Cuenca, las comarcas centrales y del norte del País Valenciano y la región de el Ebro.

Muchos de los que subían a la montaña, sin preparación ni entrenamiento, al cabo de un tiempo querían abandonar y buscar refugio donde estuviera, al no ver ningún futuro en la lucha armada para acabar con el franquismo y las condiciones de vida extremas y aisladas. Otros guerrilleros mostraban sus diferencias sin pensar en que podrían ser ejecutados si las expresaban. Los disidentes eran calificados de delatores , derrotistas , desertores , espías , fraccionalistas , liquidacionistas , traidores o de formar parte de presuntas desviaciones del estalinismo: trotskistas (seguidores de León Trotsky), titistas (seguidores de Josep BrozTito ), comoreristas (seguidores de Joan Comorera, del PSUC), monzonistas (seguidores de Jesús Monzón, dirigente expulsado del PCE), quiñonistas (seguidores de Heriberto Quiñones, un dirigente del PCE arrinconado y fusilado por el franquismo) y un largo catálogo de descalificaciones y herejías tipificadas.

“En aquellos momentos no había que dar esas órdenes; quien se enfrentaba con el partido, residiendo en España, era tratado por la organización como un peligro. Ya he explicado que la dureza de la lucha no dejaba márgenes”. Así justifica Santiago Carrillo la ejecución de guerrilleros por parte de sus compañeros y bajo sus órdenes, del Comité Regional del PCE, la dirección del PSUC y el PCE.

“El enemigo ha recurrido a métodos más refinados, entre otros, al de la provocación solapada enviando sus agentes al monte. Y hay que decir que éste ha sido el medio que le ha dado ciertos resultados. ¡Con razón dice el camarada Stalin que para ganar una batalla es necesario todo un ejército; ¡para perderla basta con que se infiltre un traidor en el estado mayor!”

Carrillo era el máximo dirigente de la actividad guerrillera desde el exterior y tomaba las decisiones que consideraba convenientes con un pequeño grupo de colaboradores a dedicación total que controlaban la formación en una escuela guerrillera cerca de Toulouse, los pasos fronterizos, el financiación de la guerrilla, los depósitos de armas y el tráfico hasta Toulouse y Perpiñán.


En busca de apoyo internacional

En febrero de 1948 Santiago Carrillo, acompañado de Enrique Lister Forján, se entrevistó en Belgrado con Josip Broz, Tito , el jefe de estado yugoslavo y presidente de la Liga de los Comunistas de Yugoslavia. En aquellos momentos, el gobierno de Tito apoyaba a la guerrilla promovida por el Partido Comunista Griego (KKE).

Se trataba de conseguir el apoyo de Tito para una operación muy especial: el lanzamiento con paracaídas de los que debían realizarse con la dirección del AGLA. Los escogidos eran Artemio Precioso Ugarte y Manuel Tagüeña Lacorte, y otros que nunca fueron informados de los motivos por los que estaban concentrados en Belgrado. Los dos primeros habían sido destacados militares del PCE en el Ejército Popular de la República (EPR) y asistieron a la Academia Frunze de Moscú, donde alcanzaron posiciones de nivel.

La inexistencia de aviones yugoslavos capaces de realizar un vuelo de ida y vuelta desde la costa adriática hasta el Maestrat impidió que el proyecto tuviera lugar. Tito, en su reunión con Carrillo y Líster, les preguntó si Stalin estaba al caso de sus intenciones. Carrillo y Líster desconocían las tensiones escondidas entre ambos dirigentes, que sólo se hicieron públicas el 28 de junio, meses después de la entrevista.

Se sabe, siempre según Carrillo, que Tito les había entregado 30.000 dólares en efectivo. Al día siguiente de la entrevista de Dolores Ibárruri y Carrillo con Stalin, en agosto de 1948, los soviéticos les dieron la extraordinaria cantidad (para la época) de un millón de dólares. Era una forma de decirle, Stalin a Carrillo, que sabía que Tito le había dado dinero, lo que podía comportar la excomunión del dirigente máximo efectivo del PCE, que todavía no era secretario general. Por este motivo, de la entrevista con Tito nunca más se volvió a hablar hasta que Carrillo la contó en una entrevista con Regis Debray y Max Gallo en 1974.

La entrevista con Stalin tuvo lugar en octubre de 1948. Queda el relato de dos de las tres personas que estuvieron presentes por parte del PCE: Santiago Carrillo y Dolores Ibárruri. La tercera era Francisco Antón Sanz, pareja de La Pasionaria . En 1936 Stalin se había dirigido a Francisco Largo Caballero, presidente del primer gobierno republicano después de la insurrección militar, para formar grupos de combate en la retaguardia franquista. Doce años después proponía la disolución de las guerrillas.


La lucha armada del AGLA

El período inicial de la actividad guerrillera en la Comunidad Valenciana comenzó a finales de 1944, tras el intento de invasión del Vall d'Aran. En 1946 se constituye la Agrupación Guerrillera de Levante. La primera vez que se utilizó esta denominación fue en junio de ese año. El 8 de agosto de 1946 la Agrupación Guerrillera quedó organizada en una reunión celebrada en el campamento de las cuevas del Regajo, en Camarena de la Sierra, en la comarca aragonesa de Gúdar-Javalambre.

La lucha armada del AGL y el AGLA incluyó los atracos (oficinas bancarias, empresas y administraciones), la colocación de explosivos contra la circulación de trenes y centrales de distribución eléctrica (torres y transformadores), los cortes y el control de carreteras, la ocupación de pequeñas poblaciones, los secuestros de autoridades y familiares, las ejecuciones de falangistas, alcaldes, confidentes y caciques locales y los enfrentamientos armados con patrullas de la Guardia Civil o ataques a sus puestos destacados y cuarteles. Nadie ha hecho ninguna relación de las víctimas mortales del AGLA.

La Guardia Civil calificaba a los guerrilleros de bandoleros y popularmente eran conocidos como maquis por la importación del nombre popular de los guerrilleros urbanos y rurales del territorio del Estado francés en época de la ocupación alemana. El 22 de mayo de 1945 una orden del Estado Mayor de la Guardia Civil prohibía el uso de términos como huídos , rebeldes o maquis .

Los guerrilleros del AGL primero y el AGLA después disponían de bases, madrigueras y escondrijos llamados campamentos . Hay identificados un total de 67, que fueron ocupados por la Guardia Civil. Durante el día, los guerrilleros estaban al acecho de quien podría acercarse, estudiaban y preparaban las acciones armadas y ejecutaban las que debían hacerse de día. Los desplazamientos se hacían de noche.

El apoyo difuso de la población rural se fue diluyendo, especialmente por la presencia de contrapartidas, por el control y la detención directa y por la obligación de pasar la noche en los pueblos. Cada día, por la mañana, los trabajadores del campo debían ir al cuartel oa la puesta de la Guardia Civil a recoger las llaves de las respectivas fincas con la comida estricta del día.

El historiador Josep Sánchez Cervelló incluye una lista de 1.472 detenidos bajo la acusación de ser enlaces y establecer puntos de apoyo a la actividad guerrillera, con los nombres y apellidos, fecha de detención y municipio. Se considera que representan a una cuarta parte de los realmente detenidos, muchos de ellos torturados o asesinados por la Guardia Civil, la Brigada Político Social, la Policía Armada, la Falange Española Tradicionalista de las JONS, el somatén, autoridades locales, otros grupos armados paramilitares y mandos del ejército.


Acciones armadas destacadas

Domingo 7 de julio de 1946. Un tren de mercancías, con seis unidades y un vagón pagador en la cola, fue asaltado en Caudé, última parada antes de Teruel, a unos 17 km de esta ciudad. Tras desarmar a una pareja de la Guardia Civil, una docena de guerrilleros consiguieron 665.263,10 pesetas, equivalente, más o menos, a unos 4.000 euros actuales.

Domingo 26 de enero de 1947. Una treintena de guerrilleros del 11º Sector atacó el cuartel de la Guardia Civil de la Losa del Obispo, en la comarca de Serranos, donde había cuatro guardias. La mujer del cabo y su hijo de corta edad murieron. Los guerrilleros registraron viviendas y tirotearon a los clientes de un bar de la calle Cervantes, matando a seis clientes e hiriendo de bala a otros 10.

Jueves 31 de julio de 1947. El general Manuel Pizarro Cenjor se instaló en Teruel y consideró el espacio de acción guerrillera como zona de guerra, dirigiendo la represión contra la población civil rural incluida.  

Lunes 29 de septiembre de 1947. Los guerrilleros asaltaron el cuartel de la Guardia Civil de Gúdar, en Teruel, y mataron a ocho vecinos, tres de los cuales eran niños de siete, 10 y 13 años. Como escarmiento, la Guardia Civil detuvo y ejecutó, en dos grupos, a un total de 22 vecinos, en tres grupos: 11 vecinos de Gúdar mismo, cinco de la Aliaga y seis de Montoro, en la comarca aragonesa de Gúdar-Javalambre , presuntos colaboradores de la guerrilla, el 2 de octubre de 1947.

Martes 11 de noviembre de 1947. La Guardia Civil ejecutó a ocho personas en la llamada masacre o saca de Mont-roig, en el Matarraña, detenidas en la cárcel de Alcañiz, en Teruel, acusadas de colaborar con la guerrilla.

Lunes 7 de noviembre de 1949 , la Guardia Civil asalta el campamento guerrillero de Cerro Moreno, en el término municipal de Santa Cruz de Moya (Serranía de Cuenca). Entre los 12 guerrilleros abatidos se encuentra el nuevo jefe del AGLA, Andrés , y su estado mayor.

El asalto de noviembre de 1949 marcó un antes y un después para la guerrilla, ya que, además de las bajas, la Guardia Civil se apoderó de mucho dinero, armas a raudales, la multicopista con la que imprimían la publicación central del PCE Mundo obrero , una emisora ​​de radio y mucha documentación. “La confusión hizo tomada en quienes habían escapado a dicho asalto y todos recelaban mutuamente entre ellos”, deja escrito un informe del Servicio de Información de la Guardia Civil (SIGC).

"A consecuencia del asalto, el PCE decidió desmontar la guerrilla", declarará Josep Gros Camisó en su libro Abriendo camino: Relatos de un guerrillero comunista español , publicado a principios de los años setenta. Sin embargo, en una entrevista en Madrid del 18 de marzo de 1998, reconoció que, a pesar del bajón de la potencia guerrillera, en una reunión de la dirección del PCE celebrada el 20 de junio de 1950, Carrillo logró seguir adelante con el actividad guerrillera dando un giro radical a sus propuestas del año anterior.


Las víctimas del combate armado

Las actividades del AGLA supusieron la muerte de 193 guerrilleros identificados. Hay que sumar un total de otros 65 guerrilleros, detenidos por la Guardia Civil y la Brigada Político Social, víctimas de la represión. De éstos, una quincena fueron ejecutados por la Guardia Civil en el momento de la detención, 12 después de los interrogatorios y los 18 restantes procesados, encarcelados, juzgados y condenados a pena de muerte. Cinco guerrilleros fueron ejecutados por una sentencia de muerte en juicios militares. Un total de 135 personas identificadas, no guerrilleros, fueron víctimas mortales de la ley de fugas por parte de la Guardia Civil y otras fuerzas represivas. Además, hay que añadir los 22 asesinatos por la Guardia Civil en Gúdar.

Otras víctimas mortales de la Guardia Civil y los cuerpos represivos lo fueron en distintas circunstancias: siete víctimas mortales torturadas, siete fallecieron en prisión y otras ocho abatidas por el cuerpo armado en diferentes situaciones. Otras seis identificadas como víctimas de suicidio, siete perseguidos muertos ahogados y un número de desaparecidos y fugitivo identificados. La suma total de civiles asesinados por la Guardia Civil, un total de 192, es similar a la de guerrilleros abatidos en combate.

Por otra parte, las víctimas sufridas por la Guardia Civil, generalmente fallecidas en combate, son 23 guardias, tres cabos de primer grado, un brigada, un sargento, un teniente y un comandante. Además, un teniente y un guardia segundo fallecidos por accidente, y un guardia segundo por suicidio. En total, 33 agentes.

La lucha armada fue directamente responsable de estas muertes de la Guardia Civil, así como de siete muertes (identificados) durante atracos. El total de civiles asesinados y ejecutados por la guerrilla (identificados) son 52. Uno más murió víctima mortal de la explosión de un artefacto. Además, parte de un total de 60 identificados ejecutados, pero de autoría desconocida, son responsabilidad de la lucha armada.

Siguiendo la suma, un total de nueve alcaldes fueron ejecutados por los guerrilleros, más un teniente de alcalde, un concejal, dos secretarios municipales, un juez de paz, un ex alcalde de Gúdar y la esposa de un alcalde. También fueron ejecutados por los guerrilleros nueve guardas de fincas y municipales, así como la mujer de un guarda. Los profesionales ejecutados por la guerrilla incluyen a dos médicos, un abogado, un interventor ferroviario, tres ferroviarios y dos fiscales de tasas. A todos estos civiles hay que añadir a los ocho vecinos de Gúdar fusilados por la guerrilla.

Los historiadores han identificado a un total de 134 guerrilleros que abandonaron las unidades donde estaban encuadrados para buscar refugio con sus familias y entornos, y marcharse al territorio del Estado francés. La dirección guerrillera los consideró desertores . Algunos historiadores han llegado a mencionar a 143 y otros se han quedado en un total de 127. En todo caso, las extremas condiciones de vida eran tan determinantes para el abandono como la consolidación del franquismo y el alejamiento de la ilusión de que Franco sería derrotado. Estos datos están extraídos de la obra del historiador Salvador Fernández Cava, donde se encuentra la identificación de los enlaces detenidos y la relación de víctimas mortales de 1945 y 1956.

El 2 de julio de 1952, años después de tomar la decisión de abandonar la lucha armada, 27 guerrilleros fueron evacuados finalmente del AGLA desde Nogueroles, en la comarca aragonesa de Gúdar-Javalambre. Llegaron al territorio del Estado francés en los primeros días de agosto de 1952. Una cuarentena de guerrilleros se quedaron abandonados a su suerte hasta que fueron liquidados totalmente.

El 23 de octubre de 1948, es decir, casi cuatro años antes de la evacuación del AGLA, se habían evacuado a los guerrilleros socialistas de Asturias. La operación se saldó con éxito total y un gran despliegue propagandístico por parte de la facción de Indalecio Prieto del PSOE. 31 guerrilleros fueron recogidos en la costa oriental de Asturias y pudieron desembarcar en San Juan Lohitzune, en Iparralde.

A diferencia del caso de Asturias, la evacuación de los guerrilleros del AGLA no supuso ningún tipo de celebración. Puede justificarse por el hecho de que el PSUC y el PCE eran organizaciones ilegales en el territorio del Estado francés, desde el otoño de 1950, pero en todo caso ni se quería dar voz a los guerrilleros ni era conveniente confesar el fracaso final de el AGLA.


Francisco Martínez-López, Quico / David Correoso


Pedir perdón

En 2016, el exguerrillero Francisco Martínez-López, El Quico , pidió, mediante una carta abierta, que la dirección del PCE “reconociera públicamente los repugnantes métodos que utilizó durante los años de la guerrilla antifranquista y que rehabilitara a los que sufrieron estos comportamientos, y particularmente a las víctimas de las ejecuciones sumarias impuestas por la dirección del partido”.

“Trataban de imponernos, con la máxima violencia, una cultura militarista totalmente contraria a la cultura de resistencia que nos unía, desde 1936, a los campesinos, a los mineros, vecinos, familiares y amigos que formaban una red de apoyo de nuestro movimiento de guerrillas”.

Francisco Martínez-López, El Quico , nació en El Bierzo el 1 de octubre de 1925, hace 97 años. Se incorporó a la lucha armada guerrillera en el País Leonés y Galicia en 1947. Tres años después, se marchó al exilio, donde militó al PCE en el territorio del Estado francés. "Inicialmente, me pusieron en cuarentena durante cuatro años, ya que la dirección puso objeciones a admitir militantes procedentes del interior". Después se incorporó a la acción política trabajando con el Comité Central y la organización de Francia del PCE. En 1977 decidió centrarse en la reivindicación de la memoria de la resistencia armada a la dictadura de Franco. En los últimos 27 años ha vivido en Campello, en la comarca del Alacantí.

En 2009, Quico descubre, junto con el hijo del guerrillero Víctor García García, Brasileño , que este último no había sido una víctima mortal del franquismo, como hasta entonces se consideraba, sino que había sido asesinado por orden del Comité Central del PCE. “En enero de 1948, un comisario político escribió un informe dirigido al Comité Central, en el que se puede leer '¡Ya hemos cazado a este perro!'” El guerrillero ejecutado era acusado de monzonismo , supuesta desviación de los seguidores de Jesús Monzón Reparaz, que había sido apartado de la dirección del PCE por Santiago Carrillo.

“He estado 64 años esperando a que mi partido condene estas ejecuciones inaceptables, absolutamente injustas, contrarias del todo a los valores que pretende defender, que dañan la dignidad de tantos compañeros y compañeras que dieron la vida en la lucha contra la dictadura franquista, que dañaron también la dignidad de quienes sobrevivimos intentando mantener esa ética democrática que nunca abandonamos a lo largo de nuestra vida”. Ahora ya han pasado setenta años y Francisco Martínez no ha recibido respuesta a la petición realizada en el partido del que aún forma parte.

“Durante mucho tiempo he callado públicamente porque las sospechas no son pruebas. Ahora las pruebas existen. También he guardado silencio pensando que, en ese momento, la lucha contra la dictadura era la prioridad absoluta y porque, en ese contexto, me preocupaba el riesgo de que mis declaraciones pudieran ser instrumentalizadas para debilitar esta lucha”. Añade, también, que “he denunciado públicamente las depuraciones de compañeros de las que fui testigo en la guerrilla en el libro Guerrillero contra Franco ” . Estoy esperando a que lo haga también el PCPV y el PCE, mi partido de siempre”.

Santiago Carrillo, autor del Resumen de la carta del Comité Central con los Camaradas de Levante , celebrada en junio de 1952, se sincera y deja escrito: “También nosotros hemos cometido errores [se refiere al equipo del interior que representa el Comité Central del PCE]. Hemos dado demasiada importancia a la lucha guerrillera, hemos distraído demasiadas energías en ella. Hemos ido con retrasos en los cambios. ¿Qué ha pasado en Levante? Cuando la lucha guerrillera tuvo más apogeo, penetraron en la Agrupación elementos aventureros, desclasados, que, ostentando el título de comunistas, alcanzaron la dirección y se mantuvieron en ella, recurriendo a todos los procedimientos.”



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