Mi experiencia – como enlace de la Federación de Guerrillas de León Galicia de 1942 a 1946 y como combatiente en la 2ª agrupación del Ejército Guerrillero de Galicia León de 1947 a 1951 me dio a compartir un movimiento de resistencia cuya singularidad quiero poner aquí de realce. Quiero subrayar el pluralismo que existió, en ese movimiento, desde 1936 hasta la década de los años 1952. Y recordar una cultura de lucha popular basada en redes sociales de solidaridad, muy distinta de la cultura de aparato político-militar que quiso imponer la dirección del PCE a partir de 1944 (i) .
Movimiento pluralista
Las características del movimiento guerrillero de León y de Galicia están relacionadas con el proceso histórico que dio lugar a la creación de la Federación de Guerrillas León Galicia en 1942. Esta Federación se configura como estructura pluralista que recoge todas las sensibilidades: republicanas, socialistas, comunistas, anarquistas y otras.
A partir del 18 de Julio de 1936, muchos grupos de republicanos huyen de la represión de Falange y de la Guardia Civil. Uno de ellos es “el frente de los Girones” protagonizado por Manuel y José Girón Bazán, con José Yañez Losada que actúan por el Bierzo y Cabrera hasta noviembre de 1936, fecha en la que se incorporan a las filas del ejército republicano. Desde el frente asturiano, componen núcleos de guerrilla, para operar con sabotajes en zona enemiga. En octubre de 1937, Manuel Girón y sus compañeros se repliegan hacia El Bierzo y regiones limítrofes. Donde se reunirá año mas tarde con los asturianos Marcelino Fernández Villanueva Gafas, Cesar Ríos Rodríguez, Mario Morán García (socialistas) y Guillermo Morán García y Arcadio Ríos Rodríguez (comunistas). En esa zona, operan ya combatientes de varias tendencias políticas como Abel Pérez Ares, Hilario Alvarez Méndez, Benigno García González, Severino Nieto Rodríguez del PSOE y Abelardo Fernández Macías, Victorino Nieto Rodríguez de la CNT. Por los Ancares, con Serafín Fernández Ramón Santeiro están César Terrón Abad, David Fuentes Alvarez Velasco, Amadeo Ramón Valledor y otros militantes anarquistas. En torno a Florentino Picó El Maestro, luchan otros libertarios. En el noreste de León (Boñar y Cistierna), se forma otro grupo de combatientes cenetistas en mayoría. Por la zona de Orense, Valdeorras, Casayo, se organizan Manuel Álvarez Arias Bailarín, Domingo Rodríguez El Inca, Rogelio Rodríguez López y sus tres hermanos (Sebastián, Domingo y Alfonso), Mario Rodríguez Pinche, los socialistas Antolín Murias, Eduardo Pérez Vaga Tameirón. Ciertos republicanos van hacia Lugo, creando redes de solidaridad: es el caso del socialista Luis Trigo Chao O Guardarríos que intenta organizar, en 1938, en Ortigueira y Cabanas, una Agrupación guerrillera. Por las regiones de Melide, de Chantada combaten Ramón Rodríguez Varela Curuxás y compañeros libertarios. Mas allá de sus divergencias, todos estos resistentes luchan en común contra la dictadura. Ese objetivo de unidad se mantiene en la “Federación de Guerrillas de León Galicia” creada en Ferradillo (León) el 24 abril de 1942. Sus estatutos garantizan su autonomía: afinidad frente-populista y antifascista pero sin vínculos orgánicos con partidos que marcasen una línea política desde el exilio. Su comité director respeta el pluralismo: como presidente, Marcelino Villanueva y de ayudantes, Marcelino de la Parra Casas (anarquista), Cesar Ríos y Mario Morán; más tarde se incorpora Francisco Elvira Cuadrado (comunista). Ese comité coordina “Agrupaciones”: la 1ª Agrupación en el Bierzo, la 2ª en Orense, la 3ª en Lugo. La Federación es el centro de la lucha guerrillera en León y Galicia. Pero establece también relaciones de apoyo con los grupos de guerrilleros no federados.
Ese movimiento articula dos vertientes: la acción armada de los clandestinos y la organización del pueblo en servicios de información republicana (SIR). Supone un reglamento, basado en el compañerismo para la convivencia entre guerrilleros y enlaces civiles: no hay jerarquías fuera del terreno de operaciones.
Conflicto de culturas
La Federación se mantuvo unitaria, a pesar de las divisiones políticas que existían en el exilio o de los intentos de ponerla bajo la tutela de un solo partido. Pero a finales de 1944, en La Coruña se crea una 4ª Agrupación que es el germen de un “Ejército Guerrillero de Galicia” que será dirigido exclusivamente por miembros del PCE: José Gómez Gayoso, Antonio Seoane Ramos, Manuel Fernández Soto. Desde La Coruña, estos jefes tratan de implantar una cultura de partido único, creando, en Orense, una “2ª agrupación bis” donde ya había una 2ª agrupación integrada a la Federación de Guerrillas. Creando, en Lugo, una “3ª agrupación bis”, donde también existía una 3ª agrupación. A partir de ahí se despiertan las posiciones partidistas.
No obstante, los miembros de la Federación apuestan por la unidad y convocan, en julio 1946, en los montes de Casayo un “Congreso de reunificación”. Ese congreso concluye acuerdos de proseguir en la unidad de la Federación, pero al punto de terminarse interviene una patrulla de la Guardia civil que mata a Arcadio Ríos y a Francisco Elvira, los compañeros que estaban redactando el acta: así quedan en suspenso los acuerdos…
Ante la no reconducción de la Federación, los guerrilleros que no aceptamos marchar al exilio, decidimos integrarnos al Ejército Guerrillero de Galicia. Nos reunimos en Chavaga (Lugo), en octubre de 1947, para organizar democráticamente la 2ª Agrupación de la nueva estructura. La dirigen Guillermo Morán García, Evaristo González Pérez, Gregorio Colmenero Fernández, Julián Acebo Albarca y la componen cinco guerrillas: dos en León, dos en Orense y una en Lugo. Queremos conservar nuestra cultura pluralista heredada de la Federación y muy diferente de la cultura que quieren imponernos los dirigentes del Ejército Guerrillero de Galicia. En ese momento, el PSOE abandona la lucha armada y opta por la vía diplomática esperando el apoyo de las potencias occidentales. A finales de 1948 y en 1949, ciertos guerrilleros socialistas y cenetistas salen al exilio. Pero otros siguen en el terreno donde no se altera la convivencia con sus compañeros de otras tendencias. Daré como ejemplos el combate que libran, en febrero de 1948, Mario Morán, (socialista) y Alfonso Rodríguez, (comunista) en El Valle de Bembibre o el que tienen, al día siguiente, en San Justo de Cabanillas, los dos en compañía de Abelardo Macías de la CNT o el que mantienen en Vega de Valcárcel, el 19 de marzo de 1949, Hilario Álvarez (socialista), Oliveros Fernández Armada Negrín (comunista) con Abelardo Macías y Victorino Nieto, (anarquistas) y Alpidia Morán Maruxa. Yo mismo (comunista) convivo, entre 1947 y agosto de 1948, en el Bierzo alto con Hilario Alvarez y Alberta Martínez Viñales La Chata.
Nuestra cultura guerrillera no encaja con la cultura político militar del Ejército Guerrillero de Galicia. Ese Ejército tiene una estructura piramidal, con jefes que ordenan las acciones fuera del terreno concreto. Después de las muertes de José Gómez Gayoso y Antonio Seoane - caídos en oscuras circunstancias en 1948 - Manuel Soto, se autonombra “Coronel Benito”. El y sus seguidores, pretenden ponerse galones de mando, negarnos la autonomía en el combate, uniformarnos para distinguirnos del pueblo, prohibir las relaciones afectivas entre nosotros - los guerrilleros - y nuestros enlaces. Quieren importar e imponer modelos de organización extranjeros como fueron, en el maquis francés o en la Agrupación Levante y Aragón, los campamentos de guerrilla aislados de la población. Y con sus métodos anulan la iniciativa, rompen el espíritu de camaradería, el debate, relegando las casas de apoyo a una función de hospedaje. Lo peor son los asesinatos de resistentes, eliminados por tener una opinión diferente. Así matan a Víctor García Estanillo “El Brasileño” y Teófilo Fernández en Lalín (ii) ; en Ricosende-Sotadoiro, Saúl Mayo y Emilio Villarinos mandatados, por el “Coronel Benito”, asesinan a nuestro compañero de la 2ª Agrupación en 1949, Miguel Cardeñas Lozano. Ese día, Bailarín y yo, alejados del lugar del crimen y puestos ante el hecho consumado, quedamos petrificados. Miguel era un guerrillero ejemplar. Una semana más tarde los mismos asesinan a Bailarín. Esos actos de depuración servían de advertencia a los que no nos sometíamos a esa cultura totalitaria. Pero los guerrilleros de la 2ª Agrupación con Manuel Girón dijimos: «¡No! Ni cómplices ni víctimas» y optamos por la ruptura con los jefes del Ejército Guerrillero de Galicia.
Fieles a nuestra cultura de resistencia popular, mantuvimos nuestros lugares de actividades y vivencias, en zonas que ellos no conocían. Y seguimos las relaciones de igualdad compartiendo valores de humanismo entre enlaces, en sus casas. Para nosotros, guerrilleros clandestinos ese compromiso de los enlaces - a la vez afectivo y político –era la base de la resistencia en Ferradillo, en Canedo, en Columbrianos, en Bembibre, en Corporales, en Chavaga, en Santalla, en Los Albaredos, en Sotadoiro ,en Soulecin, en Ricosende y en otros pueblos de León y de Galicia. Y en ese espacio privado de la solidaridad, las mujeres desempeñaron un rol vital: el amor de esas madres, de esas hermanas que nos cobijaban como hermanos, era un apoyo supremo. Gloria Yebra, Sara Álvarez, Carmen del Río, Gloria Blanco, Carmen Nogueira… lamento no poder aquí nombrarlas todas: esas mujeres están ausentes en el relato que se escribe desde una cultura de aparato político-militar.
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En los relatos que, desde el presente, se difunden sobre la guerrilla, aun permanecen versiones genéricas que ocultan la diversidad de vivencias de los grupos guerrilleros en León y Galicia. Mi experiencia de lucha armada anclada en redes sociales de amistad, de vecindad y de parentesco tejidas en el tiempo largo, no queda reflejada esos relatos que solo valoran las formas clásicas de organización militar. Quizás porque nuestras palabras de testigos son una fuente frágil, aun mas cuando fuimos actores de una resistencia cuyas huellas se borraron: antes por la clandestinidad y después de la Transición a la democracia, por el no reconocimiento de la legitimidad política de nuestro compromiso. Quizás porque esas palabras son a menudo aplastadas por la “autoridad” de otras fuentes como son: los archivos militares de la dictadura que criminalizan nuestros actos o los informes conservados en los archivos del PCE que nos tachan de “no políticos” porque manteníamos relaciones personales y cariñosas con nuestros enlaces. Quizás porque el valor ético de nuestros testimonios es pormenorizado comparado a otros modelos de aproximación al pasado como es ahora la arqueología de algunos espacios geográficos de los primeros tiempos de la guerrilla leonesa - como la Ciudad de la Selva- que por ser validos no tendrían que ser exclusivos.
Pero como actor directo de esa lucha armada, miembro de la 2ª Agrupación, puedo atestiguar que fueron muy diferentes las experiencias de resistencia según los momentos, según las zonas y según la correlación de fuerzas que existió dentro del propio movimiento: por mucho que los jefes del Ejército Guerrillero de Galicia quisieran uniformizar, a partir de 1944, las formas y los contenidos de la acción resistente. En los espacios donde yo he luchado, no en cuevas ni en campamentos aislados sino codo a codo con enlaces que se jugaban la vida sin armas frente al fascismo, esos jefes intentaron importar e imponer, por la fuerza, modos de organización ajenos a la cultura autóctona de una resistencia nacida del pueblo. Por eso reconocer el papel fundamental de esas mujeres y de esos hombres actores de una resistencia civil, en el corazón de las aldeas o de los barrios mineros, darles el lugar que les corresponde en esta la historia de guerrilla galaico-leonesa es hoy para mi un imperativo ético y político.
Francisco Martínez López “El Quico”,
resistente en la guerrilla de León Galicia
(i). Ver SERRANO Secundino, La guerrilla antifranquista en León (1936–1951), Junta de Castilla y León, 1986; La Crónica de los últimos guerrilleros leoneses, Valladolid, Ambito Ediciones, 1989. Alejandro Rodríguez Guttiérrez en Resistencia armada y guerrilla en la provincia de León, Wenceslao Alvarez Oblanca, Victor del Reguero coord., Ediciones Pielago del Moro, 2020.Y mi testimonio MARTÍNEZ LÓPEZ Francisco, Guerrillero contra Franco. Guerrillero contra el olvido, La guerrilla antifranquista de León Galicia (1937–1952), La memoria cautiva de la guerrilla (1952–2011), Madrid, Latorre Literaria, 2011 que se puede leer en mi blog
http://memoriacautiva.blogspot.com.es/
(ii). Sobre la persecución de Victor García Estanillo, ver Archivo histórico del PCE: sección Nacionalidades y regiones, subsección Galicia León, informe de Galicia de principios de marzo de 1948. jacq 520-525.